¿Qué queremos ser? 5 Abril. La respuesta

Faltan tan solo seis días para que los socios del Futbol club Barcelona ejerzamos nuestro derecho a decidir sobre el futuro del Camp Nou y lo que la Junta Directiva ha denominado “Nou Espai Barça”. Un proyecto que ya figuraba en el programa electoral de la actual Junta aunque de manera un tanto distinta.

Avanzo que mi voto será NO.

Y lo será aún creyendo que el Camp Nou necesita una reforma (que no una nueva construcción en el mismo emplazamiento), que el Futbol Club Barcelona necesita un nuevo Palau i que las explanadas que existen tanto en el lado de Tribuna como en el de Lateral son absolutamente horribles, sin ningún atractivo y donde se han ido colocando distintas edificaciones sin ningún tipo de orden ni proyecto.

Y votaré NO básicamente porque no me fío de esta Junta. Porque este proyecto ha sido piedra angular de toda su gestión. La única. Todo lo que no han dedicado a asegurar la continuidad de un equipo y un método, lo han hecho en este proyecto.

Su proyecto “Espai Barça” que incluía la construcción de un nuevo Palau y la ampliación del Nou Camp en 10.000 asientos se valoraba, en 2.010, no hace tanto, en 215 millones de euros. Era tan importante este proyecto que en los dos meses siguientes a la toma de poder de la actual Junta, se efectuaron dos ruedas de prensa exclusivamente sobre el proyecto “Espai Barça”. Y no olvidemos que ese proyecto, incluido como pieza fundamental de su programa electoral, fue respaldado por 35.000 socios. No hacía falta referéndum.

Estábamos en otoño del 2.010 y el proyecto de repente desapareció de las prioridades de la Junta. Una vez más no cumplian su programa electoral. Mejor dicho, desapareció de cara al exterior. Ellos siguieron con el proyecto. Y lo que eran 215 millones se han convertido, en tres años, en 600 millones confesables. Y digo confesables porque nadie que haya hecho o trabajado en grandes construcciones puede garantizar ese importe. Desvíos de un 15 o 20% son absolutamente lógicos e incluso muy bajos en obras de este calibre.

Que de las cuatro empresas que hasta el momento ya han tomado parte en el proyecto, dos tengan alguna relación con el expresidente “fugado” Sandro Rosell tampoco dice mucho a su favor en aras de la transparencia que tanto pregonan.

Que nos pidan el voto sin saber que se va a realizar, quien lo va a hacer o que posibles nombres se barajan para el Camp Nou, se me antoja difícil de creer. ¿No hay nombre sponsor pero sí lo que pagará? ¿No hay proyecto ni constructora pero sí sabemos el importe exacto de la obra? Difícil de creer. Tan solo un detalle. se nos han barajado, primero 150 y ahora 200 millones por colocar un «apellido» al campo por un periodo, eso sí no ha cambiado de 20 años. Pregunto, tan importante es 10 millones de euros al año en un presupuesto de más de 480 millones. ¿Nos van a hacer perder competitividad esos 10 millones? Si es así, es que vamos muy mal.

No hablemos ya de que pasará con los que ocupamos la primera gradería, de los que se habla ceerca de 15.000 abonados que tendrán que cambiar de localidad,  o de si es necesario la masiva construcción de palcos y zonas VIP.

No me fío de una Junta que nos ha engañado en dos de las operaciones donde se ha movido más dinero. Una el tema Neymar. La segunda, primera cronológicamente, la sponsorización de Qatar. Lo que nos vendieron como la “Unicef” del Golfo se ha convertido en una compañía aérea. Y lo que solo era publicidad en la camiseta del primer equipo se convirtió en la fachada del Estadi en Tribuna, logo en las gradas y ver el nombre por todos los aledaños del Camp Nou.

Mientras, el NO al referéndum se ha vuelto transparente. Ninguna defensa de él en los medios, en ninguno, ni ninguno de los posibles candidatos se manifiestan o aglutinan a los que estamos en contra presentando posibles argumentaciones o proyectos.

Seguramente los que se postulan como presidentes de cara a próximas elecciones no deseen quemarse en una batalla donde la directiva ha invertido, se dice, un millón de euros, para ganarla. Seguramente será así y la táctica a emplear sea esta. Pero siento decirles que, si en una cuestión que se ha calificado como el proyecto más importante para el Club en los últimos cincuenta años, no se manifiestan públicamente, poco me importará lo que digan en una campaña electoral aunque sea la posibilidad de tirar atrás este proyecto.

Todo es táctico. Todo se contempla a partir de los intereses particulares de cada una de las partes. Seguramente tienen razón y quedemos tan solo cuatro románticos descamisados en Twitter y blogs. Para mayor alegría de unos y otros.