En primer lugar mi interés no era tanto el «dar un repaso» al director del periódico si no corregir una parte de la historia que a la inmensa mayoría de socios y simpatizantes ha llegado. Había errores de todo tipo, alguno tan fácil de evitar con tan solo ir a la Wikipedia (colores del cantón de Zúrich, por ejemplo). Otros, sin embargo, han estado incluso hasta no hace demasiado tiempo en la misma web del Club (caso por ejemplo de la nacionalidad del primer presidente del FC Barcelona, Walter Wild).
Es lo mismo que he intentado hacer con el libro «Quan no érem ni onze» o con el artículo que apareció en el diario «L’Esportiu» acerca de la ubicación del Gimnàs Solé. Nunca ha sido mi propósito el «revisar» la historia del Club tal como nos la han contado, a veces desde la misma Barcelona y a veces desde Madrid. Mi interés es cubrir, hasta donde pueda, unos vacíos tremendos en la memoria histórica del Club, esa que nunca ha sido prioridad para ninguna de las directivas del Club. NINGUNA.
Se han repetido tan a menudo historias medio ciertas, leyendas e incluso «mitomanías» mal entendidas que todos las damos ya como ciertas.
Cada año tenemos que escuchar o leer que se conmemora el cierre del Camp de Les Corts durante la dictadura de Primo de Rivera cuando lo que en realidad se clausuró fue toda actividad del Club. TODA. O que el Camp Nou se construyó porque Kubala había dejado pequeño Les Corts cuando ya estaba prevista su construcción antes de su llegada a Barcelona.
Se oculta que algunos de los primeros jugadores del Club y algunos de sus primeros dirigentes estuvieron claramente a favor del bando nacional durante la Guerra Civil de la misma forma que apenas tenemos en consideración a los jugadores que en la Guerra Civil fueron a la gira americana que proporcionó los fondos para la supervivencia del Club.
¿Es posible que este Club no tenga un libro sobre Josep Samitier?
¿Cómo puede ser que a algunos, sobre todo en el resto del Estado, aún a día de hoy, les moleste el catalanismo del FC Barcelona y no entiendan tal vinculación? ¿Saben de que Club son simpatizantes? ¿Conocen que Hans Gamper, ya en el 1910 acababa sus discursos en las asambleas de socios muchas veces con un «Visca el Futbol! Visca la Patria!»?
El problema es que el FC Barcelona nunca ha tenido la voluntad de escribir su historia. Es el Club quien debería tener la necesidad de plasmarla y darla a conocer. Revisar absolutamente todo aunque el trabajo sea arduo y a veces tengamos que dejar de lado leyendas y ficciones que por unos u otros intereses han interesado mantener. Es desde el mismo Club de donde, y en primer lugar, deberían salir las matizaciones al artículo de Alfredo Relaño. Pero para eso hace falta creer que la memoria histórica del FC Barcelona es importante, que es un activo más de un Club con 117 años de vida. Porque, como ha escrito Carlos Viñas: «en el contexto del fútbol actual, cada vez más alejado de los valores originales del deporte y en pleno proceso de mercantilización, sino abordamos la historia del Club y la explicamos con rigor acabará arrinconada y deformada».
El President Bartomeu dijo hace pocos días que hemos de «dejar de pensar en pequeño, local y analógico para pensar en grande, global y digital». Ojalá que nunca tengamos que decir que hemos crecido tanto que nos hemos olvidado de nuestra historia.