El 13 de Mayo de 1902 se jugaba el primer encuentro entre el FC Barcelona y el Madrid Football Club, con motivo de las fiestas de la Coronación al alcanzar Alfonso XIII la mayoría de edad. El resto de equipos que tomaron parte en el concurso fueron el «New» (Madrid), el «Vizcaya» de Bilbao y el «Español» de Barcelona. El partido se disputó en una de las pistas del Hipódromo de la Castellana que el «Madrid Polo Club» cedió para su celebración. El público llenaba todo el perímetro del campo con una triple fila de asientos, predominando en número las señoras según consta en crónicas de la época.
El partido se disputó justo al acabar el que enfrentaron al «Vizcaya» contra el «Español». El Madrid lucía uniforme blanco con cinturón rojo y gualdo y el FC Barcelona su atuendo habitual de camisa azul y encarnada y pantalón blanco. El resultado final fue de 1 a 3 favorable al FC Barcelona con 2 goles de Udo Steimberg y 1 de Hans Gamper. El gol de los madridistas fue anotado por Thompson.
«Empezó el partido muy animado por el empeño de ambos en salir triunfantes. El “Madrid” jugó muy bien, pero con desventaja por falta de práctica en el juego, distinguiéndose Mr. Thomson por su fuerza agilidad y sangre fría, jugando el “Barcelona” bien y ordenadamente, habiendo escogido el terreno, y efectuado la salida el “Madrid” que logra el primer tanto, saliendo en definitiva vencedor el “Barcelona” por 3 tantos y según El Noticiero uno de ellos de mérito (?) contra 1, quedando por tanto fuera de concurso el «Madrid”.
Constituía el bando del “F. C. Barcelona”:
Pamies
Witty-Meyer
Terradas-Llobet-Valdés
Gamper-Parsons-Steimberg-Morris-Albéniz
jugando por el “Madrid”: Sevilla-Molera-Giralt (M.P. y A.)Gorostizaga-Spottorno-Pálacios-Thomson-Neira-Celada.
En ambos partidos hubo las consiguientes caídas y revolcones, sin consecuencias. Solamente (según La Correspondencia) á la mitad del segundo el Sr. Giralt (M.) del “Madrid” fue á chocar contra el guardameta que se mantenía en su puesto firme como un poste. El señor Giralt sufrió fuerte conmoción, teniendo que ser retirado del juego; pero repuesto rápidamente volvió á jugar». (Los Deportes 18 Mayo 1902)
La expedición a Madrid la completaron por parte del FC Barcelona: Castellví, J. Morris, E.Morris, Otto Maier, P. Haas, Montañés y Chown.
El poder ver a los jugadores madridistas habría de esperar cuatro años. A menudo se ha publicado que el primer FC Barcelona-Madrid FC fue el partido disputado en el campo de la calle Muntaner el día 13 de Mayo de 1906. Efectivamente ese día el Madrid disputó un encuentro en Barcelona y en ese campo pero, ¿contra quien?
El viaje del Madrid a Barcelona se debe básicamente a los frecuentes viajes que Udo Steimberg realizaba a Madrid por motivos laborales y a la amistad que le unía a Carlos Padrós, barcelonés presidente entonces del «Madrid Football Club», hasta que logró convencerlo para que vinieran a disputar un partido que organizaría la «Asociación Catalana de Football». El motivo no era otro que intentar devolver a la ciudad el entusiasmo por el fútbol. Recordemos que en esas fechas el FC Barcelona pasaba por una crisis que estuvo a punto de significar su desaparición en 1908 y lo mismo ocurría con otros clubs de la ciudad como el «Español Club de Football» que desaparece en Enero de 1906 pasando algunos de sus jugadores al «X». Así pues, el FC Barcelona cedió su campo de juego, el de Muntaner, y diferentes jugadores se unieron a la fiesta una vez tuvieron la seguridad que este se disputaría. El equipo que se anunciaba con anterioridad al partido era el formado por: Soler, Martí, Carril, Galiardo, Steimberg, Quirante, Forns, Green, Ponz, Sampere y Wallace. Como suplentes: Brú, Gibert y Soler.
Jugadores pertenecientes al «FC Barcelona», al «X», al «Internacional» y al «Català».
Para agasajar a los visitantes se les dispuso una excursión en automóvil al Tibidabo y un banquete para después del encuentro. El partido se disputó a las 4 de la tarde y el precio para el acceso de los aficionados fue de 0,50 pesetas.
«Son las tres de la tarde y estamos en lo alto del Tibidabo. con siete jugadores madrileños. El paisaje es tan hermoso que todos, forasteros y no forasteros, sólo tenemos ojos para admirar. Tan ensimismados estamos, que parte el funicular sin que nos demos cuenta. Dada la hora, es una verdadera catástrofe, pues el otro coche tarda media hora en salir y el partido debe empezar á las cuatro en punto. El dilema es concluyente; ó llegar ó no llegar: y los pundonorosos madrileños se lanzan al galope, persiguiendo el coche, al que alcanzan a la mitad del trayecto.
Llegarnos al campo puntualmente. El público es inmenso; más de tres mil personas esperan ansiosos el comienzo del partido. El sol, que durante los últimos días nos ha hecho sufrir con sus continuas alternativas, brilla ardorosamente; el calor es insoportable.
La aparición, del bando madrileña es saludada con grandes aplausos: Alinéanse los bandos en la siguiente forma:
«Barcelona»:
Gibert
Martí-Carril
Galiardo-Steimberg-Quirante
Forns-Green- Pons-Sampere-Wallace
«Madrid»:
Tunez-Revuelto
Méndez-Prast-Parages-Giralt-Normand
Yarza (M)-Berraondo- Yarza (J.)
Alcalde
Y á la señal de Degollada, saca el «Madrid» con inusitada furia; los barceloneses, desconocedores de sus contrarios, y faltos de unidad, casi son impotentes de rechazar su ataque El juego sigue en el campo de Barcelona, y gracias á la oportuna intervención del portero, impídese algún goal. Los nuestros juegan á la desesperada, pero por fin á los diez minutos Méndez con una rasa imparable entra el primer tanto, gracias a una magnífica centrada de Parages.
Alinéanse de nuevo, y los nuestros cambian la colocación, pasando Quirante al centro y Steimberg á la izquierda. En la manera de jugar se ve el desastroso efecto moral que les ha causado el goal. En una magnífica arrancada de Wallace y en el momento en que iba á forzar la meta, un fault de los madrileños da pie á un fre-kich, muy bien tirado por Steimberg, quien logra un goal. Es la primera vez que en Barcelona (precisamente por haberlo pedido los madrileños) se ha aplicado la regla de que un freekich tirado dentro del área del penalty, si entra directo, es tanto.
Restablecido el equilibrio en el tanteador, se restablece en el juego. Los nuestros ven más probabilidades de victoria y embisten furiosamente. La combinación que hasta entonces les faltaba en absoluto, surge de un modo espontáneo. Green hace filigranas, las arrancadas continuas de los exteriores ponen el juego en el campo contrario, y el valor de Pons y Wallace, pone en continuo peligro al goal madrileño a pesar de la energía de la defensa y de la inteligencia de Alcalde. Por fin en el momento más inesperado Wallace logra un goal. Debido a la inaudita velocidad con que entró tal jugador, los madrileños lo creen out side, pero el referee lo da por válido.
Los madrileños no se desaniman y a pesar de jugar contra sol y pendiente, entran otro goal, mientras los barceloneses protestan por un «hands» de Parages, que no vió el referee.
Con más entusiasmo aún, continúa el juego sin variación hasta terminar la primera parte. Hacia el final se notan sintomas de cansancio en los madrileños. Tuñez que parece coartado por la importancia del partido, cambia de terreno con Giralt.
Empieza la segunda parte entre la mayor expectación. Los madrileños tienen ya las ventajas de terreno y sol, el partido está empate y no puede preverse el resultado.
Pero los nuestros ya tienen conciencia de la fuerza que representan, saben que son un team formidable, y que los contrarios, aparte del natural cansancio producido por las 22 horas de tren, tienen varios puntos algo débiles. Y embisten furiosamente dispuestos á conseguir la victoria.
Los madrileños se desmoralizan. Contaban encontrar un bando muy débil (el de los diez goals de Bilbao) y se encuentran con uno fortísimo y completo. Normand se multiplica, cubre todo el campo Prast y Parages, que tan hermosas arrancadas y combinaciones hicieron en la primera parte, retroceden a defender el goal. Revuelto hace lo propio. Berraondo salva pelotas imposibles, Alcalde todo lo toca, pero los Barceloneses continúan creciéndose y no hay manera de detenerles.
Quirante coloca magníficamente; defensas y medios-defensas y medios tiran a goal. Los delanteros están irresistibles; la combinación que en la primera parte lucían los madrileños ahora la tienen ellos y logran tres goals magníficos, en especial el entrado por Pons y Green que fue un prodigio de combinación preciosísima.
El «Madrid» como a viejo luchador, aunque se siente herido de muerte, despliega un juego inmenso. Pero la fuerza moral está de parte de los barceloneses y resultan inútiles cuantos prodigios hacen. Verdaderamente hicieron lo imposible, pero la suerte no quiso favorecerles y el partido terminó con la victoria de los nuestros, mientras estruendosos aplausos y hurras a Madrid y Barcelona, atronaron el espacio.
El público retirose muy satisfecho: hasta los madrileños, aunque vencidos, demostraron estarlo. Y no se abstenían de confesar que sus contrarios formaban un bando imponentísimo.
Ciertamente parece imposible que tratándose de un bando de aluvión, que sin duda lo era, y que no había podido entrenarse de conjunto un sólo día, desarrollase tal combinación.
Por otra parte, si el bando madrileño se hubiese presentado completo y más descansado. Difícilmente podría preveerse el resultado. Pues sus jugadores mostraron una fuerza, una agilidad y un juego inconmensurable, en especial Berraondo y Normand.
De los nuestros no hay que citar nombres; resultó el bando más completo y más harmónico que podía desearse.
Por la noche celebrose un banquete en honor de los forasteros. En los salones del Restaurant de Francia se reunieron más de cincuenta comensales, fraternizando alegremente vencedores y vencidos. A la hora de los brindis se cambiaron las más cariñosas frases, expresándose el unánime deseo de que en bien del foot-ball continúen las amistosas relaciones entre Madrid y Barcelona.» (Los Deportes 19 Mayo 1906)
Así pues, el encuentro disputado el 13 de Mayo de 1906, aunque a menudo señalado como el primero jugado por el FC Barcelona en su ciudad contra el Madrid, no debería figurar como tal pues el equipo fue más bien una selección de los diferentes club de la ciudad
Habría que esperar hasta el sábado 1 de Noviembre de 1913 para que el FC Barcelona se enfrentara al «Madrid Football Club» por primera vez en la ciudad Condal. En ese encuentro, y en el descanso, se repartieron a los jugadores del FC Barcelona las medallas de oro del Campeonato de España, la del Campeonato de los Pirineos y los casquetes ofrecidos por Hans Gamper. El encuentro empezó a las 15:10 h.

Partido 1 Noviembre 1913 Revista Stadium
«Con verdadera puntualidad empezó ayer el primer partido de los concertados por el Barcelona con el equipo del Madrid F. C.
Los madrileños se alinearon &n la siguiente forma: Carcer, Bombon, Bernabeu, Baonza, Marchinbarrena, Rositzky, Rey, Prats,Wycherstaff, Rodrigues, Eguinoa y López.
Los azulgrana del siguiente modo: Reñé, Wallace C., Busendorf, Pomés. Peris, Greenwell, Allack, Wallace, Carlier, Alcántara, Morales.
De árbitro ejerció el señor Hodge.
El resultado del partido, verdaderamente inesperado para quien se precie de conocer la valía indiscutible del equipo madrileño fue de siete goals a cero. Resultado que se asemeja a un verdadero desastre y no lo es.
Pudieron los madrileños, en cuanto vieron que los barceloneses les habían hecho tres á cuatro goals, mantenerse decididamente á la defensiva, y sin embargo bien se vio que desde el principio al final del partido no cesaron en el ataque tan duro, tan tenaz y tan persistente, en los primeros momentos, fue cuando algo desmoralizados, veían que terminaba el tiempo sin poder lograr franquear la puerta del Barcelona.
Un equipo del que forman parte elementos tan valiosos, que hemos aplaudido tantas veces, como Rositsky y Machimbarrena, dos colosos, que ayer trabajaron horrores, y del que forma parte un Wycherstaff, no es digno -en modo alguno- de sufrir un descalabro como el de ayer.
Hay que tener en cuenta que las simpáticos madrileños viajaron todo el día del viernes, y no en sleeping precisamente, que á la una de la noche aún andaban rodando por cafés y que además en su inmensa mayoría desconocían nuestro campo, como tampoco hay que olvidar que el Barcelona, reconocida la valía del equipo del Madrid les opuso un once verdaderamente formidable, en lo que hizo muy bien, pues que con esta clase de matches amistosos, se va justificando de día en día la justificada fama que ha alcanzado.
A pesar de algunos lunares que el juez arbitro supo castigar oportunamente, pudieron verse jugadas preciosas por una y otra parte, resultando el partido muy bonito y dejando por completo satisfecho al numeroso público que acudió ayer tarde al campo del Barcelona.
La pelota fue constantemente de la puerta de Reñé á la de Carcer. El portero barcelonés estuvo ayer tarde muy feliz y rechazó cuantas pelotas le fueron lanzadas y en cuanto á Carcer el asedio de los azulgrana fue tan persistente, que sucumbió pero paró también pelotas muy difíciles.
Del Barcelona trabajaron todas con entusiasta empeño. Busendorf se distinguió soberbiamente en la defensa, lo propio que Peris y Greenwell, como medios y Carlier, Wallace y Allack en el ataque.
Del Madrid, indiscutiblemente, Rositzky, Machimbarrena y Wycherstaff.
Los goals fueron entrados por Carlier, Alcántara, Wallace (P.) y Greenwell.
Los madrileños fueron castigados con dos penaltys.
Es de esperar que una vez repuesto el equipo del Madrid, conocido el juego de los nuestros y terreno, el partido de hoy resultará más igualado.
Y al lamentarnos del descalabro del primer día, felicitamos á los del Barcelona por su brillante victoria, una más en su bello y rico historial.» (La Vanguardia 2 Noviembre 1913)
Al día siguiente, 2 de Noviembre, volvía a celebrarse un nuevo encuentro y con nueva victoria de los azulgrana. Esta vez el resultado fue de 1 a 0.