El FC Barcelona honra su memoria histórica

Estos hemos últimos días visto como muchos medios de comunicación han censurado el “compromiso histórico del FC Barcelona con la defensa del país, de la democracia, de la libertad de expresión y el derecho a decidir” y la “condena a cualquier acción que pueda impedir el ejercicio pleno de estos derechos”.

Términos como deslealtad, pérdida de rumbo, vergonzante, provocador de tensiones, indignante, activista político a favor del golpe de estado, contrario a la legalidad, se han sucedido, uno tras otro, en artículos y columnas opinión. Ussía, Sopena, Amón, … tantos. Todos excusados bajo la frase de que el deporte debe estar al margen de la política y de que el FC Barcelona cuenta con simpatizantes que no son independentistas y de fuera de Catalunya.

De la misma forma diversas peñas y aficionados hablan de situación incómoda, politización del club e incluso la plataforma “Blaugrana al vent” con el vocal de la Junta Directiva de “Societat Civil Catalana”, Sixto José Cadenas, al frente habla de “grandísimo error y una falta de respeto a los socios. Un club que quiere ser una referencia mundial no puede defender reivindicaciones provincianas”. Y todos, al igual que los medios, amparándose en la frase de que el deporte debe mantenerse alejado de la política.

O el mismo ministro de Educación, Cultura y Deporte del gobierno del estado español señalando que “los clubs de futbol son clubs de futbol”  y que “el Barça no es solamente un club de Catalunya sino que tiene muchos seguidores, no solo en España, sino en todo el mundo a quien no les habrá gustado que el club de futbol tomara una posición política en estos momentos”.

Pues no, miren, el FC Barcelona con este comunicado lo que ha hecho ha sido honrar su historia. Esa que deben desconocer todos a los que me he referido. El mensaje enviado no deja de mostrar una absoluta coherencia con el legado de la entidad. Y no hablo sólo desde, como muchos pretenden hacernos creer, la llegada de las autonomías o desde estos últimos años, según sea su grado de “entendido en la materia”.

Se honraba a la historia del Club de la misma forma que el 6 de mayo de 2017 cuando se adhería al “Pacte Nacional pel Referéndum”, en julio de 2015 con el “Compromís de País” o el 10 de octubre de 2014 el FC Barcelona al hacerlo con el “Pacte Nacional pel Dret a Decidir”. O cuando permitió que la Via Catalana pasara por el interior de sus instalaciones el 11 de septiembre de 2013 o, en el 2010, se mostrara contrario a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut del 2006. Estos son hechos de  estos últimos años.

Se honra la historia del Club que el 28 de Diciembre de 1.975, cuando tan solo habían transcurrido 38 días desde la muerte del General Francisco Franco, el Camp Nou se llenaba de banderas catalanas en un Futbol Club Barcelona-Real Madrid. Banderas que se fabricaron expresamente, gracias Jacint Borràs, por no existir en los comercios, y que fueron introducidas en el recinto de manera semi-clandestina por miembros de la directiva de ese momento. O que el mismo día de la muerte del dictador, el día 20 de Noviembre de 1.975, y convocados por el presidente Montal, Jaume Rosell (gerente) y Joan Granados (secretario general) toman las primeras decisiones. Retirar la placa de “caídos por Dios y por España” que existía en la Masía. O cuando en 1972, con Agustí Montal como presidente, se adhería a la campaña a favor del catalán en las escuelas y por la megafonía del Camp Nou se difundían los primeros mensajes en catalán, aunque fueran de niños extraviados. Era la única forma posible para que pudiera escucharse la lengua catalana.  Hubo tantas pérdidas de pequeños aficionados que el ministro de gobernación Garicano Goñi lo prohibió y hasta año y medio después no se volvieron a extraviar niños en el Camp Nou. Cualquier método era bueno para que se escuchara el catalán en el Estadi.

Honrar la historia del Club que el 14 de Junio de 1.925 y aún sin permiso de la autoridad de la dictadura de Primo de Rivera por su “carácter reivindicativo de la lengua y de la cultura catalana”, Hans Gamper y su directiva deciden permitir un encuentro en homenaje al Orfeó Català. En el descanso, la Orquesta de la Royal Navy interpreta la “Marcha Real”. Abucheos y pitada. El desenlace, cierre de toda actividad del Club durante 6 meses (ya va siendo hora, 90 años después, de dejar de hablar de cierre del Campo). Clausura total del Club durante seis meses y expulsión del “territorio nacional” del Presidente del Club, Hans Gamper,  aunque en un primer momento se solicita la “clausura o disolución definitiva de dicha entidad por ser evidente el agravio inferido en su campo al Himno Nacional, como evidente es también la marcada tendencia política que esta entidad desarrolla… la entidad ha dado pruebas constantes de su desafecto a España”, en frases escritas por el Jefe Superior de Policía de Barcelona. Y desde Madrid, concretamente desde el diario ABC, se indicaba sobre el hecho “Y que el incidente no puede sorprender a nadie que conozca el carácter de este Club, tan político, por lo menos, como deportivo. Como jamás, pongamos por caso, se ha visto ondear una bandera española… ni se ha escrito un letrero en castellano, no tiene nada de extraño que a sus socios les parezca que sobra allí todo lo español”.

Honrar la historia de un Club que en la memoria oficial de 1920 acababa con un “Som el FC Barcelona perquè som de Catalunya. Fem esport perquè fem pàtria”. Que ese mismo año, su entonces cuarto equipo, adoptaba oficialmente el nombre de “Separatistes”. Que desde ya hace 101 años en que el catalán es el idioma oficial del club, y que desde 1910 en su escudo luce la bandera de Catalunya. Que ya en 1908, Hans Gamper  acababa a menudo sus discursos con un “¡Visca el fútbol! ¡Visca la Pàtria!”.

Lo único que ha hecho el FC Barcelona con ese comunicado ha sido ser coherente con la memoria histórica del Club. No hay ningún problema para los que conocemos la historia del Club y nos identificamos con ella. El problema de conciencia lo tendrán los que desconocen la historia de forma más o menos intencionada. El problema lo tendrán aquellos que desconocen donde se meten y con quien simpatizan. Y los que se pretenden equidistantes. Pero estos, como decía Serrat en una canción, se llevan bien con todo el mundo. No sé cómo hay quien se atreve en esta comunidad a poner en duda su moralidad.