Barça. Algo más que 90 minutos.

No entiendo mucho de pedazos. No concibo que a alguien le guste el Lucio Dalla del “Carusso” con Pavarotti y no el que aparece cantando “Porta Romana” en una “osteria” de Bolonia. O al que prefiere la pierna derecha de Cyd Charisse en “Cantando bajo la Lluvia” a las dos que nos muestra en “Viva Las Vegas”.

Y entre la afición al Barça está ocurriendo algo similar, me temo. Gente que habla del lunar de Marilyn Monroe sin hablar de su rostro. Mírenla, vale la pena. Justo bajo el pómulo del lado izquierdo de su rostro, en la línea de expresividad que nace en la nariz hasta casi buscar la comisura de los labios. Y así vamos, hablando de lunares, de partes, sin querer conocer o ver el todo.

Estamos asistiendo a un nuevo fenómeno. La aparición del “Futbol Club Barcelona- Primer Equipo-Ultimo Partido”. Así abreviando el FCB-PE-UP. Había conocido a muchos que eran del FCB-PE, esos los ha habido siempre, aunque con el paso de los años, desde ese 1899, más. Primera facción creada. Pero ahora se ha añadido una nueva. La UP. Sólo tienen que darse un paseo por la red del pajarito, o ver, si tienen suerte, pues quedan cada vez menos, las portadas de la prensa en algún kiosco. Luego sí, tienen que hacer un ejercicio de memoria. Por suerte, con la cantidad de partidos que hay, es una cuestión menor, o un leve ejercicio, como gusten. Lo que se dice hace tres días ya no vale. Y no, entremedias no se quemó nada.

Cada vez hay más “barcelonistas”, “culés” o como quieran llamarles que vinculan al Club con lo sucedido en el anterior partido. Y si no con el próximo. Da igual. Cuestión de tres o siete días según la semana. Si hemos ganado, fantástico. El Club va como una moto. Si se ha perdido, calma que siempre hay tiempo que aún estamos vivos.

No, no pido que la gente vaya toda a ver también el balonmano, ni el básquet. En absoluto y mejor así que igual se les antoja un nuevo Palau por 600 millones. Ni que conozcan la historia al dedillo del club. Pero si que no traicionen los ideales o «valores». El «d’on venim i qui som»

El Barça es mucho más que el tiempo en el que transcurre un partido, esos 90 minutos, o el que va de un partido a otro. El Barça es un sentimiento, una razón de ser para muchos que viene como, en muchos casos, condición genética. Intentar minimizar a toda una institución como el Futbol Club Barcelona me parece una ridiculez. Y es ahí donde nos encontramos.

Que una Junta Directiva que ha dado muestras de incompetencia absoluta en muchos temas y falta de tener los mínimos conocimientos de la idiosincrasia del Club esté a merced del resultado del próximo partido es absurdo. Cualquier Club o cualquier institución tendrán mejores y peores momentos. Todas. Lo que no puede es traicionarse a sí misma.

El victimismo, este del que hace cuatro o cinco años nadie se acordaba, y donde se invirtieron los papeles, que nos vino como anillo al dedo durante los años sesenta para ocultar auténticos disparates, ha florecido de nuevo en el Camp Nou. Y como entonces vuelve a utilizarse para tapar errores propios. Más que errores, auténticas estupideces.

Estoy harto de que me llamen mal barcelonista acabados de llegar con las victorias o por los puestos en directiva. No hablo de los rivales y pocas veces hablo del juego en sí. Para eso estarán los técnicos o los que saben de verdad.  Pertenezco a una entidad que me gustaría fuera modélica. Y que si, encima,  fuera ganando sería perfecto. Nada más. He pasado la mayor parte de mi vida sin verla ganar apenas nada. Cualquier chaval con 25 años ha visto casi las mismas victorias que yo. Y sigo siendo del Barça como el primer día. O seguramente más pues ahora tengo el derecho a la indignación.

Hay que tener muy poca idea de la historia, o ser un auténtico demagogo, para comparar la situación del caso Neymar con el caso Di Stéfano. Y es un ejemplo. La Junta Directiva del entonces presidente Martí Carreto nunca mintió al socio. No creo que podamos decir lo mismo ahora. De la misma forma que es incomparable el traslado de “Les Corts” al “Camp Nou” a la propuesta actual. ¿Por qué no dicen que un presupuesto de 80 millones de pesetas pasó a cerca de los 290 millones? ¿Por qué no cuentan lo que supuso para el Club durante más de una década?

A los que se quejan de los ataques a la directiva, curiosamente medios periodísticos deportivos, les aconsejaría que de vez en cuando se dieran una vuelta por las hemerotecas. Busquen la revista “Xut” y verán lo que son ataques a unas directivas. Aunque algunos creo han interpretado mal el papel y producen carcajadas sonrojantes en lugar de sibilinas sonrisas.

Mientras sigamos cobijándonos bajo el paraguas de la victoria del último partido sin ver más allá de este no habrá arreglo posible. Mientras no exijamos la verdad y la transparencia absoluta, el cumplimiento y no solo la redacción de un código ético seguiremos dependiendo del resultado. Y mientras, siempre habrá la excusa de un Jordi Cases.

Y a los que les encanta hablar de “ismos”, de afición “autodestructiva” les aconsejo un repaso a la historia. Quien y porque intereses empezaron. Porque de una cosa estoy seguro, al que más se escucha es a quien lleva el megáfono.